Los dos mejores equipos del Viejo Continente la pasada temporada se ven las caras en el estadio Olímpico de Helsinki con el objetivo de ganar el primer título internacional del año, la Supercopa de Europa. El Real Madrid, campeón de la Champions tras vencer al Liverpool en París, y el Eintracht de Frankfurt, que conquistó en Sevilla una Europa League que pasará a la historia por aquella noche del Camp Nou en la que dejaron fuera de la competición al Barcelona de Xavi, miden fuerzas en un país más de hockey hielo que de fútbol, pero ilusionado por albergar por primera vez una final de estas características.
El Real Madrid llega bien a la cita. Tranquilo. Ha pasado un verano de lo más sosegado en el que sólo se han dedicado a trabajar y preparar la temporada que recién empieza. Un curso exigente en el que tendrán que afrontar seis competiciones. Los fichajes los hicieron pronto, rápido también se decidió que Ceballos y Asensio iban a continuar y que no se iba a fichar un delantero sin meditar el movimiento. Por lo tanto, a lo único que se han dedicado desde el 8 de julio, cuando el primer grupo de jugadores se presentó en Valdebebas para arrancar con la pretemporada, ha sido en cargar las baterías para poder rendir. Con Pintus a los mandos del físico y Ancelotti siendo el jefe de todo, los blancos han completado una preparación más que satisfactoria.
Eso sí, el Real Madrid sabe que esta calma que acompaña a los blancos en el día a día se puede romper sin no son capaces de ganar la Supercopa de Europa. Si regresan de Finlandia con el título formando parte de la expedición las sensaciones serán inmejorables, pero como el Eintracht les arrebate el trofeo, el curso ya empezará mal. Por ello, Ancelotti ha hecho hincapié a sus jugadores en los últimos días que deben tener “cero confianzas”.
Para este duelo, Ancelotti tiene muy claro cual será el once titular. El mismo que ganó el pasado 28 de mayo la Decimocuarta en París. El italiano entiende que gracias a esos jugadores están jugando otra final y considera oportuno darles la titularidad. Por ello, Rüdiger y Tchouaméni, los dos nuevos fichajes, comenzarán en el banquillo, mientras que el equipo inicial será el siguiente: Courtois; Carvajal, Militao, Alaba, Mendy; Casemiro, Modric, Kroos; Valverde, Vinicius y Benzema.
Sin nada que perder
El Eintracht llega a la Supercopa de Europa con más rodaje competitivo que el Real Madrid pero con dudas sobre su estado actual. Jugó dos partidos oficiales, con sensaciones muy desiguales: ganó 4-0 al modesto Magdeburgo en la primera ronda de la Copa de Alemania, pero fue arrollado 6-1 en su casa por el Bayern de Múnich, el pasado viernes en el arranque de la Bundesliga.
Además, horas antes de poner rumbo a Finlandia se ha confirmado que no podría ser de la partida Filip Kostic, baja para este partido por estar a punto de abandonar el club alemán. El serbio se convertirá en jugador de la Juventus y su ausencia es muy notable. «Nunca es agradable perder a un jugador así. Claro que nos dejará más débiles, pero si pensamos en el año pasado, hubo un periodo en el que no quería jugar y luego volvió al servicio del equipo. Le dije que se debía ir como un héroe y se está yendo ahora como un héroe», destacó Glasner en la previa.
El Madrid, ‘visitante’
El Real Madrid tendrá que esperar que los aficionados locales se decanten por apoyarles, ya que la afición madridista estará en clara minoría en el Olímpico de Helsinki. Mientras que los alemanes han adquirido 8.000 localidades para un encuentro que es histórico, aunque se esperan que sean más, los seguidores blancos solicitaron 1.800.
Hay que recordar la capacidad de movilización que tiene la afición del Eintracht de Frankfurt. En la vuelta de los cuartos de final de la pasada edición de la Europa League fueron capaces de meter a 30.000 seguidores alemanes en un Camp Nou que se tiñó de blanco.